Por Kevin Iole
Ningún peleador, ni Arturo Gatti, ni Diego Corrales, ni Manny Pacquiao han estado antes en peleas titulares como en los ultimos 25 años lo ha hecho Erik Morales.
Y cada vez que ocurrió fueron garantía de guantes mojados por la transpiración de la lucha en electrificantes peleas.
Pienso que el Morales de hoy no se puede comparar al viejo Morales que conocimos, ese del 2000, el que combatió con Marco Antonio Barrera en la primera de tres altamentes calificadas y amargas peleas batalladas inolvidables y que señalaron su ascenso a superestrella.
Morales combate ahora con un rival que no puede vencer. Perder es casi inevitable.
Se enfrenta con Danny Garcia este sábado en la pelea de fondo del cuadruple evento mundialista televisado por ShowTime, en Nueva York en el nuevo Centro Barclays de Brooklyn por los títulos superligero de la AMB y el CMB.
Debe ganarle a Garcia, no suena tan dificil si uno piensa que estuvo a punto de hacerlo en marzo no mucho despues de su cirugía de vesícula biliar.
Morales, sin embargo, no puede superar el boxeo mismo. Nadie que lo haya intentado antes lo ha hecho jamás y no importa cuán obstinado o insistente sea Morales, no podría ser el primero.
El boxeo ha llevado a muchos hombres de los barrios pobres a la riqueza y la fama, pero es casi inevitable que se lo lleva todo de nuevo cuando el peleador no sabe cuándo decir cuándo.
El legendario campeón de peso medio "Marvelous" Marvin Hagler se alejó después de la derrota ante Sugar Ray Leonard en 1987, para no volver jamás, sus facultades y su riqueza intactas. El gran campeón de peso pesado Lennox Lewis hizo lo mismo, y se retiró después de la victoria ante Vitali Klitschko en el 2003 cuando aún estaba en la cima.
Incluso el promotor de la cartelera del sábado, futuro miembro del Salón de la Fama, Óscar de la Hoya, hizo una jugada inteligente. Pocos meses después de que fue apaleado por Pacquiao, De La Hoya se apartó sabiamente.
Pero De La Hoya tenía algo que Morales no tiene. Richard Schaefer, CEO de Golden Boy, y el gerente de De La Hoya, arreglo todo para un buen aterrizaje para De La Hoya después de su carrera profesional.
Invirtió dinero de De La Hoya, diversificó sus propiedades y convirtió Golden Boy en un negocio legítimo.
Cuando llegó el momento de De La Hoya para retirarse, él no tenía que preocuparse de pagar las facturas por la estructura que Schaefer había armado años atrás.
Pocos otros peleadores tienen eso, sin embargo. Inevitablemente pelean porque malgastan sus bolsas como marineros borrachos durante sus carreras y, cuando los días de grandes pagos terminan, no pueden pagar sus facturas.
Para pagar las cuentas, pelean, y ellos pelean hasta mucho después de que su cuerpo les dice que es hora de abandonar y lastiman su físico.
Morales no está lastimado - todavía - pero él pelea la clase de estilo, cara a cara, golpe por golpe, que le convierte en uno de los más vulnerables.
El viene escuchando las súplicas para que se retire desde hace años, desde que fue vencido con los golpes de Pacquiao en su tercer enfrentamiento, Tenía 30 años entonces, y desafiadoramente eligió continuar boxeando.
Ahora, él tiene 36 años, y es un testimonio de su grandeza que sea capaz de ser competitivo con gente como García, después de todo lo que ha pasado.
"¿Qué te hace pensar que todavía no puedo seguir boxeando sólo porque tengo 36?" Morales contestó en un entrenamiento en Nueva York el pasado martes. "Sé que todavía puedo pelear y voy a ganar la noche del sábado."
Tal vez él pueda. García sigue siendo en gran medida un producto desconocido, a pesar de que pareció responder a muchas de esas preguntas al detener a Amir Khan para ganar el cinturón en julio.
No es descabellado pensar que el rendimiento que demostró Morales en su pelea del 24 de marzo se debió a los efectos persistentes de la cirugía de vesícula biliar de diciembre.
Hay que dar crédito a Morales por no dar como excusa de su derrota a la cirugía pero sería ingenuo no pensar que no tuvo impacto.
"Eso está en el pasado y no creo que tenga que hablar de eso ahora", dijo Morales, de su cirugía. "No estoy para ponerme a fabricar excusas. Fue algo que pasó, pero vamos a la revancha ahora, así que vamos a ver qué pasa". Lo que probablemente va a pasar es lo que suele ocurrir en una pelea de Morales. Él va a tener éxito ya que va a luchar de nuevo, duro, con toda la fuerza que ha dejado en aquel delgado marco.
Es absolutamente intrépido y valiente, lo que lo hace atractivo para la televisión, pero probablemente eso no hará mucho por su función cerebral más adelante en la vida.
"Cuando la gente los medios de comunicación me piden que diga adiós, no oigo esos comentarios", dijo Morales. "Cuando uno ama el boxeo, no piensa en eso. Si me voy a retirar, lo sabre cuándo. Cuando llegue el momento, lo sabré en Tijuana, donde empecé mi carrera".
Una victoria sobre García hará de él un campeón de nuevo. Aunque es poco probable - en esta etapa, García es joven, más fuerte y más rápido - el resultado de la primera pelea demostró que no es imposible.
Sería un gran triunfo para él.
Pero la victoria más importante sería que él reconozca pronto que nunca va a batir el boxeo. Retirarse en la cima, con su título, dinero y facultades, es la única manera que va a tener una oportunidad.
No es una traducción literal pero es lo mejor que pude hacer mientras lo leía. El artículo original lo pueden encontrar en: http://sports.yahoo.com/news/boxing--erik-morales-needs-to-hang-up-the-gloves-while-he-s-still-got-his-faculties.html
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