De lo que no cabe duda, es de que en la Venezuela bolivariana hay una batalla (también podría llamarse sin remilgos “guerra”) entre Radio Caracas Televisión (RCTV) y el gobierno de Hugo Chávez. No es la única, pues el gobierno ha ingresado en una zona de turbulencias en lo económico, social, político e internacional. Pero ésa es clave. El asunto es por qué: qué la motiva, cuáles sus fuerzas motrices, quiénes son los protagonistas, por qué RCTV es el hilo conductor de esta “guerra”.
El solo hecho de que esta empresa televisiva desaparezca y reaparezca multiplicada por otros canales, y que el gobierno le pise los talones desde 2002, no sólo cierra la discusión sobre su libertad de expresión (mayor mientras más desaparece), también obliga a pensar sobre dos derechos iguales, el de RCTV a atacar con métodos conspirativos al gobierno de Chávez y el de derecho de éste a defenderse.
Vista la cosa en estos términos, no habría nada de que sorprenderse cuando se registra en la prensa mundial que el canal salió del aire por segunda vez desde 2007. Ya había salido cuatro veces entre 1976 y 1984 por violar cinco leyes y dos reglamentos. (Libro Blanco sobre RCTV, pág. 11, Ccs. 2007.)
Esta vez fue igual, y su presidente, Marcel Granier, respondió como jefe político: “Buscan callar la voz de protesta del pueblo venezolano ante el fracaso de la gestión gubernamental, no nos vamos a someter a una tiranía”. (http://notidiarioos
car.blogspot.com)
Entonces, el asunto no es jurídico ni mediático. RCTV cumple la ley y ejerce sus derechos cuando quiere y no lo hace cuando no quiere. Acudió a la ley en 2008 para legalizarse como canal internacional, y dejó de hacerlo este año para ser bandera y consigna de la oposición con dos fechas a la vista: elecciones legislativas 2010 y presidenciales 2012. El canal es funcional e instrumental al objetivo político de sus dueños, de la misma manera que los diarios partidarios lo son respecto a sus jefaturas o Comités Centrales.
El secreto hay que buscarlo en el desplazamiento tectónico vivido por los dueños del canal. RCTV y Venevisión controlaron desde 1958 hasta 1998 los ministerios de Comunicaciones, de Turismo y Departamentos del Ministerio de Educación, Conatel, la Corporación Venezolana de Fomento, además del Instituto Nacional de Hipódromos de Venezuela. Allí nacía el 74 por ciento de la facturación publicitaria de ambos (Fuentes: revistas Resumen y Dinero, Libro Blanco sobre RCTV, 2007; Prof. Franz J. Lee, Investigación, Universidad de los Andes; Tomás Eloy Martínez, Radio, prensa y TV, entre el desequilibrio y el estancamiento, en el libro: Venezuela una Ilusión de Armonía, Cedice Ccs. 1982).
Detrás de RCTV están tres familias de la burguesía venezolana y un grupo político clave, los Phelps, Granier/Sapene y Arria, tres sectores muy favorecidos por cuatro de los seis gobiernos de AD desde 1958. Carlos Andrés Pérez fue (y es) el presidente más asociado económica y políticamente al canal de Granier. El golpe de 2002 sirvió para verlos juntos en Miraflores y en la pantalla.
Desde el punto de vista comunicacional, RCTV es el partido político de derecha más beligerante del país, y quizá el más fuerte. Alta audiencia hasta 2007, el primero entre los de cable hasta enero de 2010. Mantiene motivada a la mayoría de la base social opositora. Se ve en las calles. Este canal es un hilo conductor de la vida política y mediática venezolana desde su nacimiento, pero desde 2002 es otra cosa.
Ocupa, de facto, junto a otros medios, el lugar protagonista que Acción Democrática y Copey tuvieron desde 1958. AD no convoca a más del 5,6 por ciento y Copey ya es un dato histórico (Encuesta IVAD, Caracas, 6 de febrero de 2010).
El joven Marx, que no podía conocer a Chávez ni a Granier, descubrió un detalle que los invoca, en sus estudios sobre el Derecho en la historia: “Entre dos derechos iguales, la única solución es la guerra”. En Venezuela, uno de los dos bandos actúa bajo un nombre: RCTV.
Periodista y escritor venezolano de Quién inventó a Chávez; Venezuela 10 años después, Tres sistemas de medios en la Venezuela Bolivariana, entre otros.
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