Por Osvaldo Príncipi
Para LA NACION
Con una practicidad asombrosa, basada en una seguridad personal y profesional absoluta, la formoseña Marcela Acuña acumuló el campeonato mundial supergallo absoluto del Consejo Mundial de Boxeo a su cadena de títulos, al vencer por puntos en diez rounds -en fallo unánime- a la mexicana Jackie Nava, ante los 4500 espectadores que se dieron cita anteanoche en el estadio Luna Park.
Acuña, con una admirable estrategia, encontró los tiempos justos para lucir en la pelea con sus llegadas a fondo en base al cross izquierdo, con lo que se anticipó a Nava cada vez que la peleadora azteca intentó tomar el rol protagónico del match.
El dominio de Acuña fue claro y definitivo. Mucho más amplio y concreto que todo aquello que podía haberse deducido en el análisis previo del combate. Los jurados señalaron una diferencia en su favor de 99-90, 98-91 y 98-92. La tarjeta de LA NACION Deportiva indicó 98-93 para Acuña.
A los 32 años, la Tigresa, quien actualizó sus estadísticas a 32 victorias (16 de ellas por knock-out) y cinco derrotas, potenció su liderazgo al gestar la mejor pelea de su carrera en el combate más trascendente de la historia del pugilismo femenino entre latinoamericanas. Un hecho de un relieve notorio, que no tuvo ni el eco ni el efecto que merecía en esta confrontación.
Nava, de 29 años y un récord de 19 victorias, tres derrotas y dos empates, ratificó que a su riqueza técnica le volvió a faltar el acople de un temperamento resolutivo sobre el ring que la convirtiera en una boxeadora superior. Algo que ya le ocurrió en sus dos peleas anteriores con la jujeña Alejandra Oliveras.
Más allá de la clara diferencia en favor de Acuña, que derribó a Nava en el último round, la pelea alcanzó una muy buena calidad. Por el desempeño técnico de ambas y por el estallido que dejaron los cruces francos en el combate, no abundantes, pero buenos.
Más eufórica que nunca, Acuña agradeció públicamente a todos sus allegados después de la victoria. Consciente de que su carrera afronta las últimas funciones y que los proyectos interesantes comienzan a limitarse.
La revancha ante Alejandra Oliveras anticipa un éxito comercial ajeno a su necesidad interior. Por primera vez, la Tigresa fue agresiva y despectiva con Oliveras, a quien no le toleró su voto de confianza hacia Nava en este match.
La jamaiquina Alicia Ashley, quien la venció en dos oportunidades años atrás, es la asignatura pendiente de su récord y quizás un proyecto comercial y deportivo óptimo para llevar a cabo. Inmersa en sus primeros intentos de acercamiento político en tareas deportivas y sociales, Acuña sabe también que sus conquistas del presente son sólidas y firmes.
La Tigresa saborea en silencio y sin expresarlo el contorno de su último logro, inobjetable para este cronista: convertirse en la mujer más importante del deporte argentino del momento.
9 victorias en 13 combates mundialistas consiguió Acuña; conquistó el título supergallo de la WIBA, la AMB y, anteanoche, el CMB.
Acuña, con una admirable estrategia, encontró los tiempos justos para lucir en la pelea con sus llegadas a fondo en base al cross izquierdo, con lo que se anticipó a Nava cada vez que la peleadora azteca intentó tomar el rol protagónico del match.
El dominio de Acuña fue claro y definitivo. Mucho más amplio y concreto que todo aquello que podía haberse deducido en el análisis previo del combate. Los jurados señalaron una diferencia en su favor de 99-90, 98-91 y 98-92. La tarjeta de LA NACION Deportiva indicó 98-93 para Acuña.
A los 32 años, la Tigresa, quien actualizó sus estadísticas a 32 victorias (16 de ellas por knock-out) y cinco derrotas, potenció su liderazgo al gestar la mejor pelea de su carrera en el combate más trascendente de la historia del pugilismo femenino entre latinoamericanas. Un hecho de un relieve notorio, que no tuvo ni el eco ni el efecto que merecía en esta confrontación.
Nava, de 29 años y un récord de 19 victorias, tres derrotas y dos empates, ratificó que a su riqueza técnica le volvió a faltar el acople de un temperamento resolutivo sobre el ring que la convirtiera en una boxeadora superior. Algo que ya le ocurrió en sus dos peleas anteriores con la jujeña Alejandra Oliveras.
Más allá de la clara diferencia en favor de Acuña, que derribó a Nava en el último round, la pelea alcanzó una muy buena calidad. Por el desempeño técnico de ambas y por el estallido que dejaron los cruces francos en el combate, no abundantes, pero buenos.
Más eufórica que nunca, Acuña agradeció públicamente a todos sus allegados después de la victoria. Consciente de que su carrera afronta las últimas funciones y que los proyectos interesantes comienzan a limitarse.
La revancha ante Alejandra Oliveras anticipa un éxito comercial ajeno a su necesidad interior. Por primera vez, la Tigresa fue agresiva y despectiva con Oliveras, a quien no le toleró su voto de confianza hacia Nava en este match.
La jamaiquina Alicia Ashley, quien la venció en dos oportunidades años atrás, es la asignatura pendiente de su récord y quizás un proyecto comercial y deportivo óptimo para llevar a cabo. Inmersa en sus primeros intentos de acercamiento político en tareas deportivas y sociales, Acuña sabe también que sus conquistas del presente son sólidas y firmes.
La Tigresa saborea en silencio y sin expresarlo el contorno de su último logro, inobjetable para este cronista: convertirse en la mujer más importante del deporte argentino del momento.
9 victorias en 13 combates mundialistas consiguió Acuña; conquistó el título supergallo de la WIBA, la AMB y, anteanoche, el CMB.
COMENTARIOS:
P.S.:Agreguemos que no es solo la mejor pelea de Marcela Acuña, sino la mejor transmision de TyC Sports de Box en años, sin publicidades, con comentarios medidos sin fanatismos y en el Luna, que no es poco.
Donde se van a meter los que dudaban de la Tigresa, con esta pelea se convierte en una de las mas grandes del boxeo femenino de todos los tiempos. Marcela ha peleado con las mejores, con la holandesa Rijter (considerada la mejor de todos los tiempos), con la Martin y ahora con la mejor libra por libra. Como dice ella ya no tiene nada que probar. Y con la Rijter lo hizo subiendo categorias con mucho sacrificio.
Lo de la mexicana Nava es admirable, le peleo de igual a igual y en muchos momentos se mostro superior, por su tecnica. Pero ahi estaba Marcela para frenarla en el ultimo round y despejando cualquier duda que pudiese haber.
Como decia el titulo de Pagina 12:
Ahora es la Reina "Tigresa" Acuña.
En una comida apoyando a su partido peronista lo dijo bien claro:
“Cuando afirmé que soy ‘la reina’ no lo dije por decir. Soy la reina y a Nava le había dicho que seguiría siendo ‘La Princesa Azteca’ como la llaman en México”
Donde se van a meter los que dudaban de la Tigresa, con esta pelea se convierte en una de las mas grandes del boxeo femenino de todos los tiempos. Marcela ha peleado con las mejores, con la holandesa Rijter (considerada la mejor de todos los tiempos), con la Martin y ahora con la mejor libra por libra. Como dice ella ya no tiene nada que probar. Y con la Rijter lo hizo subiendo categorias con mucho sacrificio.
Lo de la mexicana Nava es admirable, le peleo de igual a igual y en muchos momentos se mostro superior, por su tecnica. Pero ahi estaba Marcela para frenarla en el ultimo round y despejando cualquier duda que pudiese haber.
Como decia el titulo de Pagina 12:
Ahora es la Reina "Tigresa" Acuña.
En una comida apoyando a su partido peronista lo dijo bien claro:
“Cuando afirmé que soy ‘la reina’ no lo dije por decir. Soy la reina y a Nava le había dicho que seguiría siendo ‘La Princesa Azteca’ como la llaman en México”
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