Fue una noche tormentosa para el nica William “El Chirizo” González, quien nunca pensó terminar crucificado por tantas heridas en su rostro, la mano izquierda lastimada y apenado porque no pudo cumplir la promesa que le hizo a su madre, Norma Castro, de que le arrebataría el título de la FIB a Joseph Agbeko de cualquier manera.
“Sentí que tenía para ganar, y creo que las eché todas, pero Agbeko fue demasiado sucio con su cabeza, y en el segundo y cuarto round me provocó algunas heridas. Jamás me imaginé que fuera tan sucio para pelear como lo fue hoy (ayer) en el ring”, dijo González a Carlos Alfaro, de la Nueva Radio Ya después de su derrota ante el ganés.
Fueron cuatro heridas, las más severas son las que muestra sobre cada una de las cejas, tenía otra arriba de la nariz y una última en el pómulo izquierdo. En varios instantes del combate se le veía con la cara llena de sangre.
“No me dejaban ver las heridas. Hubo momentos en que perdía de vista las manos de Agbeko, y entonces era difícil tratar de sacar la pelea de esa forma. Para colmo, en el cuarto round me comenzó a doler la mano izquierda y ya no podía conectarla como quería. Ese fue el peor asalto de todos, sentí que perdía todo lo que tenía para ganar”, agregó el púgil un poco apesarado.
Lo que jamás perdió William fue el coraje de seguir, pero se notaba que no tenía la mejor condición física y boxística para frenar a un Agbeko que se le movía como una pantera, atento, buscando los huecos donde meter sus manos, y hubo momentos en que lo hizo a placer, aprovechando la fragilidad de la guardia del nica.
“Es cierto que me superó y mostró que es un buen boxeador, pero otra pelea hubiera sido si no me hubiera cortado. Claro, igual hubiera sido una pelea difícil, porque se mueve mucho, pero es distinto estar limpio a estar pensando en cómo quitarme la sangre de los ojos o con una mano lesionada”, expresó “El Chirizo”.
De los mejores rounds de William, fue en el segundo asalto cuando se le miró suelto, de tú a tú con Agbeko, pero quizá mejor estuvo en el round diez, mientras conectó fuerte abajo al ganés, que terminó muy resentido y parecía que caía.
Demostrando una gran condición física, Agbeko recuperó el dominio de la pelea en el siguiente capítulo y así escribió la exitosa primera defensa de su corona, que le arrebató al también nicaragüense Luis Pérez en septiembre de 2007.
William regresa hoy (2:30 p.m.) a Nicaragua, orgulloso por el trabajo que hizo, aunque reiteró que merecía algo mejor que este resultado por decisión dividida.
“Sentí que tenía para ganar, y creo que las eché todas, pero Agbeko fue demasiado sucio con su cabeza, y en el segundo y cuarto round me provocó algunas heridas. Jamás me imaginé que fuera tan sucio para pelear como lo fue hoy (ayer) en el ring”, dijo González a Carlos Alfaro, de la Nueva Radio Ya después de su derrota ante el ganés.
Fueron cuatro heridas, las más severas son las que muestra sobre cada una de las cejas, tenía otra arriba de la nariz y una última en el pómulo izquierdo. En varios instantes del combate se le veía con la cara llena de sangre.
“No me dejaban ver las heridas. Hubo momentos en que perdía de vista las manos de Agbeko, y entonces era difícil tratar de sacar la pelea de esa forma. Para colmo, en el cuarto round me comenzó a doler la mano izquierda y ya no podía conectarla como quería. Ese fue el peor asalto de todos, sentí que perdía todo lo que tenía para ganar”, agregó el púgil un poco apesarado.
Lo que jamás perdió William fue el coraje de seguir, pero se notaba que no tenía la mejor condición física y boxística para frenar a un Agbeko que se le movía como una pantera, atento, buscando los huecos donde meter sus manos, y hubo momentos en que lo hizo a placer, aprovechando la fragilidad de la guardia del nica.
“Es cierto que me superó y mostró que es un buen boxeador, pero otra pelea hubiera sido si no me hubiera cortado. Claro, igual hubiera sido una pelea difícil, porque se mueve mucho, pero es distinto estar limpio a estar pensando en cómo quitarme la sangre de los ojos o con una mano lesionada”, expresó “El Chirizo”.
De los mejores rounds de William, fue en el segundo asalto cuando se le miró suelto, de tú a tú con Agbeko, pero quizá mejor estuvo en el round diez, mientras conectó fuerte abajo al ganés, que terminó muy resentido y parecía que caía.
Demostrando una gran condición física, Agbeko recuperó el dominio de la pelea en el siguiente capítulo y así escribió la exitosa primera defensa de su corona, que le arrebató al también nicaragüense Luis Pérez en septiembre de 2007.
William regresa hoy (2:30 p.m.) a Nicaragua, orgulloso por el trabajo que hizo, aunque reiteró que merecía algo mejor que este resultado por decisión dividida.
Tomado de El Nuevo Diario de Nicaragua
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