Cuando el filipino se enfrente a Oscar De La Hoya el sábado, tendrá todo que ganar y nada que perder, mientras que el Golden Boy buscará demostrar que es el mejor
Por Jorge Eduardo Sánchez
ESPNdeportes.com

Este sábado en Las Vegas Nevada, Oscar De La Hoya y Manny Pacquiao se verán las caras en un combate que hace algunos meses hubiera sido impensable. La diferencia de peso y tamaño está en boca de todos, pero al mismo tiempo todos la quieren ver.

Es el combate del morbo. Cuando hay tanta justificación al respecto, es porque necesita ser justificada de alguna manera. Sí, es cierto, son dos peleadores atractivos para cualquiera que guste del boxeo, el pequeño es el demonio andando, un noqueador implacable, es simplemente el peleador más espectacular del momento, sus combates son imperdibles, sea quien sea el rival.

De La Hoya, es un viejo lobo de mar, en su momento también fue el peleador más espectacular del boxeo. Curiosamente De La Hoya con 35 años a cuestas tiene menos peleas que Pacquiao, quien todavía no arriba a los 30.


Será un choque explosivo, táctico por momentos, con drama, velocidad, potencia y adrenalina.

El boxeo tiene todo que ver con el momento por el cual atraviesan las carreras de los involucrados, el "Golden Boy" va hacia abajo, en plena decadencia. Si bien es cierto, que pelea poco y es un deportista en toda la extensión de la palabra, también es cierto que contra el padre tiempo no se puede.

De La Hoya se ha visto mal en sus últimas peleas, lento, falto de reflejos y lo peor del caso ha perdido dos de sus últimas cuatro y tres de sus últimas seis. El Golden Boy, ha ganado seis títulos en diferentes categorías, toda una hazaña. Desde los 59 kilos hasta los 72, ha vencido a muchos nombres, pero muchos de ellos muy lejos de sus mejores tiempos.

Éste sábado se verá las caras con un gato salvaje, con un hombre que pasa por el mejor momento de su carrera, pero que le falta al respeto a sus propios alcances.

Pacquiao, tiene todo que ganar y nada que perder. El legado del Pacman no está en entredicho, es un salón de la fama pase lo que pase, al igual que Oscar De La Hoya. Sin embargo, es inevitable pensar, que esta pelea la debió de haber evitado a toda costa.

Pacquiao, estuvo cerca de irse a la lona ante Juan Manuel Márquez, al menos una vez por enfrentamiento. Siguiendo un raciocinio natural, si Márquez lo puso en muy malas condiciones peleando en divisiones Pluma y Superpluma, ¿porqué no pensar que en Welter, puede irse al piso más temprano de lo que muchos piensan? .
Si hay algo en el boxeo con lo que no se juega, es con el peso.

Manny ha sido exitoso a lo largo de su carrera dándole tiempo a cada ascenso en el peso corporal. Ahora no lo ha sido, cree que su poder y velocidad seguirán siendo efectivos hasta para terminar con gente que está acostumbrada a recibir impactos que llevan mucho más potencia de lo que el tagalo puede ofrecer.

Pero a Manny Pacquiao, hay que darle el beneficio de la duda, estemos o no de acuerdo. Pacquiao se lo ha ganado, va por la pelea de su vida, va por la paga que resolverá su vida, la de su familia y al menos un par de generaciones más.

Manny, sabe que no es favorito, sabe que en esta ocasión, su poder se puede desvanecer en un abrir y cerrar de ojos, sin embargo está dispuesto a tratar y su legado no está en peligro.
Ejemplos de peleadores que subiendo divisiones han encontrado el camino al barranco son muchos, seguramente usted se acuerda de José Ángel "Mantequilla" Nápoles, quien luego de dominar a placer la división Welter osó retar al campeón mediano Carlos Monzón y terminó noqueado irremediablemente. O el caso de Wilfredo Gómez quien pasó de los Súpergallos a Pluma, simplemente para ser demolido por Salvador Sánchez.

Usted podrá pensar que muchos boxeadores han subido de peso y ganar campeonatos, pero ¡Pacquiao peleó éste mismo año en 59 kilos, 8 menos de lo pactado para éste sábado!

ESTRATEGIA

Oscar De La Hoya, tendrá que sacarle provecho a sus 180 centímetros de altura, deberá utilizar el jab todo el tiempo para mantener a Pacquiao a distancia. Si Oscar logra meter el jab como acostumbraba, tendrá espacio para tirar el 1-2, acompañado de su gran gancho de izquierda.

Mucho se ha dicho acerca del manager de Pacquiao, Freddie Roach, quien llegó a ser el entrenador de De La Hoya. Los managers son una parte muy importante en el porcentaje de éxito para un combate, sin embargo, lo que pueda ofrecer Roach a Pacquiao, se verá contrarrestado por Nacho Beristáin quien ha estudiado al filipino hasta el cansancio, luego de enfrentarlo en par de ocasiones con Juan Manuel Márquez.


Pacquiao, deberá de ejercer presión, buscar el combate en corto, abrumar al "Golden Boy", acorralarlo hasta el grado de bajarle las piernas conforme pasen los rounds.
Se dice fácil, pero se ve complicado.

Pacquiao deberá tener sus buenos momentos, meterá golpes sólidos en los primeros episodios, pero al mismo tiempo, serán los rounds más peligrosos para él, justo cuando la energía del Golden Boy esté a tope.
El legado de Oscar está en peligro, si gana será normal, las diferencias físicas habrán comprobado el viejo adagio, "Un buen peso chico jamás le ganará a un buen peso grande".
Si pierde, no tendrá justificación, sólo comprobará que mentalmente no puede ganar sus peleas más importantes.

Una victoria de Manny luce improbable, pero en caso de conseguirla, ojalá y no piense que los Welters son accesibles, porque se le puede venir la noche.

Sólo nos queda observar, observar con cuidado, y disfrutar, porque al final, el boxeo gana. Los ojos del mundo para bien o para mal estarán el sábado en Las Vegas.